La ciudad de Barranquilla y la Región Caribe en general han venido asistiendo a una doble y grave situación, que lejos de convertirse en una luz de esperanza para lograr la necesaria competitividad y reactivación económica, en medio de la pandemia por el Covid-19, se han constituído en dos verdaderos ‘entuertos’.

Se trata, precisamente, de dos situaciones que, de manera simultánea, se han convertido en verdaderas barreras para alcanzar los objetivos de la tan anhelada reactivación, tras la crisis causa por el mortal virus que ha atacado a todos los sectores de la población.

Son ellos el puerto de Barranquilla y el aeropuerto internacional ‘Ernesto Cortissoz’ que sirve a la capital atlanticense.

Dos obras en cabeza, paradójicamente, de la barranquillera y actual Ministra de Transporte, Ángela María Orozco.

Por un lado, a través de otro barranquillero, Pedro Pablo Jurado Durán, en su condición de Director Ejecutivo de Cormagdalena, como entidad rectora y constitucional del río Magdalena, quien inexplicablemente delegó las funciones a Findeter, en cabeza de Sandra Gómez Arias.

Esto en cuanto al fracasado mantenimiento del canal de acceso al puerto, bajo la responsabilidad de ambos a través de un Patrimonio Autónomo.

Y por el otro, en lo relacionado con el aeropuerto, en cabeza de Manuel Felipe Gutiérrez, en calidad de presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Ambos bajo la tutoría institucional de la Ministra barranquillera Ángela María Orozco.

‘Cartel del lodo’ no ha cumplido con las metas

En el caso del puerto, el canal de acceso atraviesa por la más profunda crisis de los últimos 30 años o más.

Las multimillonarias sumas invertidas en recurrentes dragados, no se han reflejado en una efectiva mejora de las condiciones.

Tanto así que ninguno de los trabajos contratados, bajo el mecanismo de metro cúbico dragado, ha logrado la meta de profundidad de 12,19 metros, para poder disponer de un calado operacional de 10,20 metros.

Por el contrario, el calado cada vez sigue bajando, con las consiguientes limitaciones para el ingreso y zarpe de buques. Esto ha generado el desvío de motonaves a otros puertos y el aligeramiento de otros. El caso grave es que aún aligerando carga algunas embarcaciones han seguido presentando problemas para realizar sus maniobras.

Hoy el calado se encuentra en 6,7 metros, lo que representa apenas el 54,96% de la meta de profundidad que se ha estimado en 12,19 metros y que nunca se ha cumplido.

En el tema de dragado se ha pasado de contratistas chinos, a holandeses y belgas. Siendo estos últimos, en cabeza de Jan De Nul, los mayores beneficiarios de las adjudicaciones.

La contratación de los más recientes dragados ha estado a cargo el Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena, a través de un Comité Fiduciario conformado de la siguiente manera:

- Por Findeter: Liliana María Zapata Bustamante, Secretaria General; Laura Mercedes Peña Rodríguez, Vicepresidente de Planeación e Iván Alirio Ramírez Rusinque, Delegado del Vicepresidente Técnico Juan José Oyuela Soler.

- Por Cormagdalena: Pedro Pablo Jurado Durán Director Ejecutivo; Marcela Guevara Ospina,, Secretaria General y Fredy Edilberto Melo Parra Jefe de Oficina de Gestión y Enlace.

La Secretaría Técnica del Comité ha estado a cargo de Ana Gabriela Dionicio L., Profesional Especializado de BBVA Fiduciaria.

Contrataciones ‘a dedo’

Curiosamente, las tres convocatorias han sido declaradas desiertas. Las dos primeras por falta de proponentes y la tercera porque el único oferente presentó una “propuesta fantasma”.

Esto permitió contratar directamente (‘a dedo’) al mismo con las mismas, con una draga de menor tamaño que la anterior y para un mínimo trabajo que, seguramente, en nada resolverá la actual crisis.

Entre tanto, la situación de las obras de remodelación del aeropuerto internacional ‘Ernesto Cortissoz’, es igualmente preocupante.

Unas obras ampliamente cuestionadas por los mismos usuarios que sufren toda clase de incomodidades. Pese a que la Ministra y el presidente de la ANI sostienen lo contrario, para justificar este desastre.

Los responsables del aeropuerto ‘Ernesto Cortissoz’

En este sentido es bueno recordar que el concesionario el ‘Ernesto Cortissoz’ está integrado por las siguientes sociedades:

- Valores y Contratos S.A. (Valorcon S.A.), con el 41,5% de participación. Principales: Mauricio Antonio Gerlein Echeverría, Jaime Alfredo Massard Ballestas y Roberto Rivas Ramírez. Suplentes: Margarita María Muñoz Palacio, Mario Marino Villa y Jorge Jaramillo Henao.

- Equipo Universal S.A., con el 41,5% de participación. Principales: Juan Francisco Herrera Bojanini, Gabriel Montoya De Vivero, Ana Lucía Dugand Ocampo, Jorge Martínez Aparicio de la Peña y Jorge Ramiro Navarro Reyes. Suplentes: María Victoria Herrera Bojanini, Silvana Margarita Montoya De Vivero, Juan Carlos Vilariño Amalfi, Juan Eduardo Vilariño Amalfi y Martha Inés Cepeda de Navarro.

- Inversiones Milenium Azcipo S.A.S., con el 17% de participación. Principales: Samuel Roger Azout Papu, Álvaro Ramón González Serje, Regulo Antonio Diazgranados Lozano y Fernando Alberto Cepeda Sarabia. Suplentes: Alberto Azout Zafrani, Carlos Ernesto González Serje, Arnaldo del Valle Orozco y Alberto Rafael Cepeda Sarabia.

Entre tanto, la interventoría está a cargo del Consorcio Interaeropuertos conformado por Inzett S.A.S. (Alberto Gómez Kasperson), Felipe Ardila V. & Cía S.A.S. (José Felipe Ardila) y GNG Ingeniería S.A.S. (Alberto Gómez Kasperson), representado por Alberto Gómez Kasperson, por un valor de 19.171 millones 665 mil 576 pesos.

A este contrato de interventoría el 28 de diciembre de 2018 se le hizo una adición por valor de 2.524 millones 553 mil 903 pesos a precios constantes de diciembre de 2013, equivalentes a 3.163 millones 776 mil 799 pesos de noviembre de 2018.

La doble moral de dirigentes y políticos

La sola lectura de las empresas socias del concesionario del aeropuerto demuestra la presencia de grandes contratistas que monopolizan la contratación de las obras públicas a nivel local, regional y nacional. Además de ‘prohombres’ que juegan con la doble moral de cuestionar, pero de asociarse a quienes cuestionan. Y también de familiares de reconocidos dirigentes políticos que igualmente le juegan a la doble moral. Cuestionan pero están en la mermelada.

Y si se hace un hilo conductor, las contrataciones en el puerto y el aeropuerto tienen personas afines, bien sea familiares, o amigos políticos en calidad de contratistas.

Innegable situación para estos ‘entuertos’.

¿Hasta cuándo?